Luego de un largo silencio tras la derrota en las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), el candidato presidencial Sergio Massa reapareció frente a la ciudadanía y puso fin a las especulaciones acerca de su renuncia en el Ministerio de Economía de la Nación. El referente de Unión por la Patria (UP) habilitó el segundo tramo del proceso electoral en medio de un clima tenso en el frente oficialista.
Apoyaron su discurso figuras relevantes del kirchnerismo, como Andrés “Cuervo” Larroque, y por el albertismo, como Gabriela Cerruti. Hablaron de un nuevo tiempo del peronismo y de la necesidad de adaptar el discurso al sentimiento de unidad partidaria. También se refirieron al candidato presidencial que lideró las PASO, Javier Milei, de La Libertad Avanza (LLA).
PASO 2023: quién fue el candidato más votado en las cárcelesCerruti remarcó las “actitudes claramente antidemocráticas” del libertario, mientras que Larroque usó el miedo como valoración hacia su discurso: “El infierno tan temido está muy cerca”, dijo.
La demora en la reacción del sector peronista se debe a la diferencia que existió entre las interpretaciones oficialistas y el verdadero resultado electoral en las Primarias. Y es que UP esperaba que el espacio sumara entre 30 y 32 puntos, con Massa liderando la interna con 24 o 25 puntos y con Juan Grabois aportando otros cinco o seis. La realidad ajustó los porcentajes, y el liderazgo peronista cayó a 21,40% y 5,87%, respectivamente de cada precandidato.
Massa ajusta su estrategia electoral en las provinciasEn tanto, las versiones de una posible salida de Massa del Palacio de Hacienda comenzaron el martes a la noche, luego de que el diputado nacional Eduardo Valdés especulara con que el funcionario debería enfocarse en la campaña electoral al 100%. En una entrevista, el funcionario le pidió al ministro que “se ponga la campaña al hombro las 24 horas” y se aboque durante dos meses a la campaña electoral.
La declaración no tomó relevancia en el peronismo y se lo tomó, en todo caso, como un pedido aislado. Sin embargo, la tensión cambiaria también afecta al futuro electoral del frente; y eso queda en evidencia cuando se visualiza el prolongado -y preocupante- silencio del Gobierno luego de unos días en los que el dólar blue estuvo al límite de llegar a $ 800 y se generó una devaluación del 20%.
La preocupación de la dirigencia se puede plasmar, aunque muchos creen que el peronismo está lejos de quedarse fuera de juego. “Lo único que vamos a tener para luchar es el miedo que puede generar en la gente las medidas de Milei; hay que explicarles bien. Pero con una inflación mensual de dos dígitos es difícil que entre ese mensaje”, confió el intendente de uno de los distritos más poblados del conurbano bonaerense.
Aún en ese escenario, el oficialismo dejó atrás la quietud de los primeros días para meterse de lleno en la campaña electoral. La semana que viene, de hecho, habrá anuncios para intentar recomponer la situación económica que dejó la devaluación, al tiempo que continúan apuntando a la figura de Milei para sumarse un par de votos más.
“Estabilización y recomposición; esa es la clave. Si lo logramos, podemos meternos en el balotaje”, aseguró un dirigente oficialista.